Los vecinos de Xirles y de la comarca dejaron ayer patente la fé con que viven el día de San Ramón Nonato. La procesión nocturna en honor a este santo español que en realidad no nació, sino que fue extraído del cuerpo de su madre fallecida el día anterior, usando la daga de un cazador, en 1204, tuvo un seguimiento multitudinario de personas destacando el papel desempeñado por los niños.
Muchos recién nacidos y embarazadas acompañaron a la imagen del santo por las calles de Xirles, en busca de su tradicional bendición. Junto a las imágenes familiares, destacaba la presencia de toda la Corporación municipal, presidida por el alcalde Juan Cano, así como la de la reina infantil de las fiestas del Porrat, Marina Herrero y su corte de damas.
Tras la procesión, llegó el momento de la verbena con orquesta y de la tradicional chocolatada para todos los vecinos.
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